Marilia

Ya os he hablado alguna vez en esta web de la vuelta al primer plano musical de Marilia, una de las componentes del grupo Ella Baila Sola, tras un largo periodo de silencio, con Subir una montaña, su disco de regreso.

Subir una montaña, es algo que todos hacemos cada día. Unas veces es complicado y otras sencillo, porque lidiamos con nuestras dudas, emociones y sentimientos, con todo eso que forma parte de estar vivo y eso es, precisamente, lo que Marilia ha querido contar en este disco. Subir una montaña es, en suma, una aventura, como también lo es, y más aún en los tiempos que corren, asumir personalmente la composición y autoedición del disco, así como en las distintas tiendas FNAC y en todas las plataformas digitales habituales—.

Nadie mejor para hablar de esta aventura, que la propia Marilia. La primera vez que la escuché ella hablaba de sus amores de barra y, precisamente, junto a la barra de uno de mis cafés madrileños favoritos —La Bicicleta Café, a cuyos propietarios agradezco las facilidades brindadas—, Marilia me habló de su ayer, su hoy y me adelantó parte de su mañana y yo…lo comparto con todos vosotros.

¿Cómo te picó el gusanillo de la música?

La música y la escritura siempre han estado muy arraigadas en mí; el hecho de componer y escribir me hace expresar una parte de mí, que de otro modo, se quedaría más dormida.  Por eso, desde muy pequeña, empecé a escribir poesías y relatos y, a los 11 años escribí mi primera canción. El poder expresar a través de música y poemas lo que llevaba dentro y verlo materializado en una canción fue una sensación muy bonita.

A partir de ese momento, seguí componiendo y cantando. Con el paso del tiempo, conocí a mi excompañera de grupo, empezamos a componer y cantar juntas y ahí surgió Ella Baila Sola.

En aquella época creaste muchas canciones que la gente hizo suyas y, 15 años después, sigue cantándolas y emocionándose con ellas. ¿Crees que el hecho de que la gente haya extrapolado lo que contabas en tus canciones y lo haya hecho propio implica que los sentimientos son universales?

Sí, ese es un sentimiento que comprendo perfectamente, porque a mí me ha pasado con canciones de otros. Cuando una canción te ha acompañado, en una etapa determinada de tu vida, escucharla es como estar en casa. Hay canciones que te llevan a una etapa determinada o a una persona determinada porque las identificas con ellas. La canción se ha convertido en algo tuyo, que tú has llenado con tus experiencias. Yo puedo tener un día horrible, pero escucho, por ejemplo, a Leonard Cohen y todo pasa a estar bien.

La música está para compartirla y para vivirla y está por encima de los cantantes y los compositores; en el momento que la publicas pasa a formar parte de los oyentes. Sería iluso para un intérprete pensar que él es el único que siente lo que canta, de hecho, lo bonito de los sentimientos es que son universales y la música nos une.

Ella Baila Sola se separó de mutuo acuerdo en el 2001. ¿En todos estos años te habías planteado en algún momento grabar un disco?

Siempre he querido hacer canciones y discos y en todo este tiempo no he dejado de componer. De hecho, nada más separarse Ella Baila Sola, tuve ofertas para grabar con grandes discográficas, pero yo decidí no seguir por inercia, sino hacer algo más personal y solo grabar un disco cuando tuviera las canciones que yo quería hacer. En el momento que me di cuenta que tenía esas canciones, vi que tenía que compartirlas y que había llegado el momento de grabar el disco. Con esas ganas de compartirlas me fui a Londres a grabar y con esa misma energía sigo sacando adelante el proyecto, orgullosa de estar donde estoy y con la seguridad y la tranquilidad de haber hecho lo que quería hacer.

¿Cómo fue el proceso de gestación de Subir una montaña?

El proceso de grabación de un disco no solo incluye el tiempo que estás en el estudio, sino que allí es donde se concentra todo el trabajo que has hecho previamente. Antes de empezar, está la fase de composición de las canciones, necesitas una preparación vocal, etc. En este caso concreto, yo quería que fuera una experiencia distinta y trabajar con un equipo nuevo y por eso me fui a grabar a Londres, no solo porque es una ciudad que me encanta, sino también por toda la música que ha salido de allí y porque quería probar otras formas de trabajar.

En Londres, después de probar con varios estudios, dí con el del productor e ingeniero de sonido Neil Williams, que consiguió el sonido que yo buscaba. La forma de trabajar de Neil me encantó porque respetó muchísimo el espíritu del disco. Las canciones crecieron y evolucionaron en el estudio, pero también mandaron mucho; si la letra o el estilo con que habían nacido nos llevaban a un terreno, les dábamos los arreglos para que lo conservaran. Y cuando decidimos parar, el resultado fue el que se puede escuchar. En todo caso, los músicos fueron muy generosos y las canciones tuvieron mucha suerte; yo me siento muy agradecida al equipo.

 ¿Por qué el título Subir una montaña?

Cuando lo elegí, no sabía cuánto había acertado con el mismo. Esto es una apuesta personal en la que estoy asumiendo todas las fases del proyecto: he compuesto las canciones, las canto, he editado el disco, lo estoy autogestionando, etc. No estoy siguiendo un camino hecho, sino que estoy haciendo mi propio camino. En ese sentido es algo muy parecido al hecho de subir una montaña, ascender por senderos inexplorados y, a veces, peligrosos y lidiar con todo lo que viene —días buenos, lluvia, viento, caídas…—. La gente suele asociar el éxito al hecho de alcanzar la cumbre, pero yo creo que tiene más que ver con el proceso de subir hasta ella disfrutando de cada paso de la ascensión.

Ahora que está tan de moda, y habiendo grabado el disco en Londres, ¿no te planteaste hacer alguna canción en inglés?

A lo largo de mi vida, he escrito muchas canciones en inglés; de hecho, cuando empecé a componer, mis primeras canciones eran en inglés. Luego cambié al castellano, porque vivo en España y en mis canciones hablo del mundo en el que vivo, de los temas que importan y de lo que siento viviendo aquí y lo lógico es que las letras me surjan en castellano. Me resulta muy antinatural traducir estas letras al inglés; de hecho, en Londres me propusieron hacer una versión paralela del disco en inglés y no la hice porque veía que estas canciones estaban tan vinculadas a la cultura española que en inglés perdían su sentido. De todos modos, nunca he dejado de componer en inglés y si hay algo que quiero contar en esa lengua, así lo haré.

¿Por qué fuiste a la autoedición absoluta? ¿Tal vez para preservar tu independencia?

Cuando tuve el disco grabado, estuve viendo las posibilidades de sacarlo al mercado y de que llegase al público de la mejor manera posible. La opción que mejor encajaba era la autoedición, porque era en la que mejor conservaba la independencia creativa. Además, era la solución más lógica y adecuada: si había hecho todo el trabajo, lo lógico es que fuera la dueña del resultado.

Elegiste como primer single Marilyn y Superman y acabas de presentar el segundo, Casi me rindo. ¿Por qué esas dos canciones?

El primer single, en realidad, me ayudaron a elegirlo y creo que la decisión fue buena, porque es una canción que me encanta y que está creciendo mucho en acústico, con guitarra y voz. Es una canción que me gusta porque habla de todos nosotros, de cómo desde pequeños tenemos que aparentar ser mejores de lo que somos para que nos quieran. Cuando llevas mucho tiempo con alguien te planteas que, independientemente de que seas maravilloso para otra persona, lo mejor que te ha pasado es poder ser tu mismo.

En cuanto a Casi me rindo, es una canción que nació de forma muy visceral y necesitaba que el vídeo transmitiera toda la energía con la que la interpretamos en directo, de ahí que las imágenes sean las de un directo. En esta canción he querido reflejar la valentía de toda la gente que ha estado a punto de rendirse, pero se ha rebelado y ha seguido adelante, gritando al mundo que no lo va a hacer. Esto es algo que hace mucha gente todos los días y quería cantarle a ese acto de valor.

Yo tenía una imagen tuya más pop y melódica y en este disco aprecio mucha más fuerza y energía, en resumen, mucho más rock.

Siempre me ha gustado mucho el rock y creo que siempre lo he llevado dentro. Aunque en mi etapa anterior, el rock también aparecía en algunas canciones, sí que es cierto que en este lo he buscado en algunos temas porque me apetecía hacerlo y así compartir esa vena rockera.

¿Cómo está siendo la adaptación del disco al directo?

Está siendo un camino muy interesante y en constante evolución. A veces se empieza por tocar las canciones en directo y de ahí llegar al disco y, si bien, eso es algo que me encanta y que haré en el futuro, en este caso hemos seguido el camino contrario, partiendo del disco para hacer el directo.

Por el sonido que yo buscaba, quería que la banda fuera un cuarteto —guitarra, bajo, batería y voz— y creo que el resultado ha sido estupendo y en el directo las canciones son muy directas y con una energía tremenda. También estamos haciendo conciertos en acústico, con guitarra y voz y lo estoy disfrutando un montón, porque es como hacer un viaje al momento en el que nacieron las canciones en mi casa acompañada del público, con lo que las letras resultan más cercanas. Ambos formatos me están ayudando también a conocer las canciones, porque las estoy viendo desde puntos de vista distintos.

Cuéntanos un poco más de la gira de presentación de Subir una montaña.

El año pasado y lo que llevamos de este, hemos dado bastantes conciertos por toda España, tocando en locales pequeños, tanto en formato acústico como con la banda. El 3 de julio fue la presentación en Madrid del Casi me rindo y ahora estoy haciendo presentaciones de ese single en acústico. En agosto voy a tocar con la banda y en septiembre voy a alternar acústicos y conciertos con la banda. A mí el formato banda me encanta y siempre que puedo, me llevo a todo el equipo, pero la gente también demanda acústicos y yo quiero complacerlos. Lo bueno es que puedo hacer ambos formatos y, en ese sentido, iré alternándolos.

Antes hablábamos de los himnos que compusiste en tu anterior grupo y de la forma en que habían pasado a formar parte de la memoria de muchas personas. ¿Cómo te está acogiendo la gente en tu vuelta?

Estoy encontrando gente que acerca al disco por múltiples motivos: gente que disfrutó de aquellas canciones de mi época anterior y que tenía curiosidad por escuchar lo que tengo que contar ahora, gente que no me seguía entonces, ha escuchado esto y le ha llamado la atención…

En cuanto a la gente que me seguía de mi anterior etapa, el sentimiento que tengo es que ahora están conectando con un disco que es una continuación de nuestra relación, que comenzó hace 15 años, con alguna historia que yo contaba y que nos unió. Resulta que ahora hay otras historias, otro sonido y otra forma de contarlas, pero las personas son las mismas, por lo que la chispa o el detalle cómplice que nos unió sigue estando presente.

¿Cómo llevas el hecho de añadir a tu faceta de música la de empresaria?

¡Es todo un descubrimiento! Todos nos estamos intentando adaptar a una situación muy cambiante y yo voy aprendiendo sobre la marcha, con mucho esfuerzo y mucha dedicación. Hay quien me dice: «ya, pero tú tienes experiencia de tu etapa anterior» y no es así, porque estamos en una situación social y económica totalmente diferente y aquí la experiencia no vale de mucho. La parte más bonita es formar parte de un equipo e intentar que todas las personas que trabajan conmigo vean su trabajo reconocido como se merecen.

Sí que es verdad que la situación para los emprendedores no es la mejor y hay que ir con cautela dentro del riesgo; por eso animo a la gente a que venga a los directos para que esta familia pueda ir creciendo. Comprar el disco y escucharlo está genial, pero los conciertos son algo especial. Además ahora las entradas tampoco se ponen tan caras y el hecho de participar en algo en lo que hay gente que está haciendo lo que te gusta y ofreciéndote lo mejor de sí mismos y poder compartir esa energía y sentimientos con otras personas en el mismo espacio y tiempo es algo muy emocionante que animo a todo el mundo que haga.

Espero y deseo —y seguro que todos vosotros lo compartís— que Marilia alcance la cima de esta montaña y de todas las que se le pongan por delante. Y como despedida de esta «montañera» entrevista os dejo con el vídeo de Casi me rindo y con una cita de Harold V. Melchert que viene que ni pintada:

Vive tu vida como si subieras una montaña. De vez en cuando mira la cumbre, pero más importante es admirar las cosas bellas del camino. Sube despacio, firme, y disfruta cada momento. Las vistas desde la cima serán el regalo perfecto tras el viaje.