Hoy vamos a hablar de las series. ¡No! No me refiero a Game of Thrones, True Detective o similares, sino a este tipo de entrenamiento que se convierte en uno de los azotes de los corredores en su preparación para cualquier prueba.
Si en televisión nos encontramos con series cómicas, dramáticas, thrillers… en running las series suelen ser dramáticas y con una particularidad gráfica interesante: comienzas a verlas en color, pero sueles terminar en blanco y negro, por la ausencia de oxígeno 🙂
Ya en serio… Las series son uno de los principales aliados para mejorar tus marcas. No basta con que corras todos los días, hagas tiradas interminables, cuides tu alimentación, etc. La ecuación es simple, si no metes entrenamientos rápidos en tu preparación, no vas a conseguir ir más rápido en la competición. Si los kilómetros te dan cantidad, las series te dan calidad; te hacen pasar de un torpe coyote a un veloz correcaminos…¡¡mic, mic!!
Para los no iniciados, os empezaré contando que las series son un conjunto de carreras de distintas distancias (más cortas que aquélla en la que se quiere competir), que se realizan a un ritmo, generalmente más rápido que aquél al que se quiere competir (y que es más rápido, cuanta más corta es la distancia de esa carrera) y entre cada una de las cuales, se hacen unos descansos más o menos breves.
Por tanto, en este artículo os voy a hablar de las series, pero sin teoría, que para eso ya tenéis un montón de artículos donde os hablan de este tipo de entrenamiento. Hoy os contaré mi experiencia con ellas y mi relación de amor-odio.
Amadas series, os quiero porque os odio
Sí, porque odio hacer series, lo digo abiertamente (y cualquier runner que diga lo contrario…miente). Esa sensación de agonía, de esfuerzo máximo, de notar que tus piernas son de corcho, de sentir como queman tus pulmones y cómo el ácido láctico se va apoderando de tí, no mola nada… a no ser que seas masoquista, que de todo hay…pero yo no he visto a nadie haciendo series por el Retiro vestido de cuero 😉

Obviamente, esto es cuando lo das todo; porque amigos, a las series no hay que ir como José Mota «Si hay que ir se vá, pero ir p’a ná es tontería«. No, a las series hay que ir a dejarse en ellas hasta el segundo apellido; como decían Scorpions «No pain, no gain«.
Eso plantea otro problema que es la dosificación: la teoría dice que tienes que ir en progresión para que la última sea la más rápida, pero es que cuando la primera te sale bien y la segunda también y recuperas bien en los descansos, en las siguientes te sueles venir arriba con más frecuencia de la debida y en las últimas lo pagas y bien. Da igual que seas novato u atleta olímpico: todos hemos petado en las series, por creer como Ícaro que podíamos tocar el sol con las manos. Y si no, aquí tenéis una prueba gráfica con toda una medallista europea y una enorme atleta como Isa Macías: las series como si no hubiera un mañana… Y despues, el resultado.
Las odio, pero también las amo porque veo día a día la importancia que tienen y cómo me están ayudando a mejorar. Sé que sonará raro para alguien que empieza en esto y que quiere correr un 10k o un medio maratón, leer que tiene que dejarse el alma haciendo series de 200, 500 o 1.000 metros a toda pastilla, pero amigos, hacedlas y veréis cómo mejora mejora vuestro ritmo de carrera con el mismo esfuerzo. Además la sensación de bienestar que te queda en el cuerpo cuando paras es inigualable… con la primera bocanada dejas sin oxígeno a medio parque.
Me encanta también la dureza que te dan. En mi artículo anterior os hablaba de la fuerza de voluntad, pues bien, aquí la pones en práctica pero bien; sobre todo cuando ves cómo el reloj corre más lento en cada una que haces (salvo cuando recuperas, que vuela) y cómo la distancia se alarga inexplicablemente. Pero sobreponerte a esa sensación de ir corriendo al límite y aprender a convivir con ella, es lo que te permite salir adelante cuando las cosas se ponen mal dadas en una carrera popular.

No es país para novatos
El mundo de las series no es para recién llegados. Un entrenamiento tan exigente requiere una buena base previa. Vas a exprimir tus músculos, pulmones y corazón al máximo y es necesario que estén preparados.
Si acabas de empezar a correr, espera unos cuantos meses haciéndolo 3 o 4 veces por semana antes de adentrarte en este mundo tenebroso. Acondiciona primero tu cuerpo con rodajes, trabajos de fuerza y algunos cambios de ritmo antes de someterte a estos esfuerzos. Y como siempre digo, acude a un entrenador profesional, que es quien mejor te puede asesorar sobre cómo realizar estos entrenamientos para optimizar tu rendimiento y cómo realizarlos adecuadamente.
En mi caso, como sabéis, estoy haciendo la preparación para el #retommm con los chicos de Personal Running y es una maravilla ver cómo han ido introduciendo este tipo de entrenamientos en mi preparación (aunque, dicho de paso, al acabar cada entrenamiento de series, en plena agonía, no hay día que no los maldiga 😉

La fórmula de la vida
Otra de las cosas que te asombra cuando te enfrentas a las series, es el lenguaje que se utiliza para plantearlas y que, en ocasiones, se parece peligrosamente a la fórmula de un compuesto químico. No es raro encontrate en los entrenamientos cosas como estas: 5 × 5 × 200; R 15″; RR 2′; a 4′- 4’10» ¿¿¿Comoooooor???
La primera vez que ves eso no sabes si tienes que ir a correr o a comprar un androide para Star Wars…pero una vez que te adentras en este mundo, descubres que es una forma simple y eficaz de decir muchas cosas.
En ese ejemplo, 5 × 200, nos dice que hay que hacer cinco series de 200 metros; 4′ – 4’10», que el ritmo de las series será entre 4′ y 4’10» por kilómetro; y R 15″, que entre cada serie solo podrás descansar 15 segundos. Ya, pero ahí hay más números…¿qué quiere decir el primer 5? ¡Ay amigos! ese número se refiere a los bloques, que son conjuntos de series. En este caso, nos está diciendo que por si no te valía con hacer 5 series de 200 a ese ritmo…¡tienes que repetirlo cinco veces! Eso sí, son magnánimos y entre cada uno de los bloques puedes descansar más, 2 minutos, concrétamente.
En resumen, que te vas a tener que hacer 25 series de 200 como un campeón 🙂
Bueno, pues espero haberos divertido con mi experiencia en el País de las maravillosas series. A mí aún me tiemblan un poco las piernas de los 5 × 1.000; R 2′ de ayer…
¡Nos vemos la próxima semana!
Información Bitacoras.com
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