Hasta hace bien poco, Esther Acebo era conocida, sobre todo por los más jóvenes, como la dicharachera presentadora del Canal Non Stop People de Movistar TV. Allí Esther hacía gala de muchas de sus virtudes hablando de música, cine, actividades culturales y dando rienda suelta a su simpatía, energía e imaginación con divertidísimos reportajes en los que igual podéis verla tatuándose, que volando en caída libre.
Sin embargo, no era tan conocida (salvo para algunos que nos solemos zambullir en el Off teatral madrileño) la otra Esther Acebo, una actriz mayúscula, versátil y comprometida que nos había fascinado con varios de sus trabajos interpretativos, metiéndose con idéntica solvencia en la piel de una soldado española secuestrada en la guerra de Irak; de una cincuentona vividísima y atropellada por la vida como Petra Von Kant; o de una simpática joven de barrio viviendo una historia de poliamor, como la Patricia de Una noche como aquélla.
Por eso, ha sido una enorme satisfacción verla trabajar en La casa de papel la nueva ficción estrella de Antena 3, encarnando a Mónica, un papel duro y difícil que le está permitiendo mostrar a todo el país el talento interpretativo que lleva dentro.
Reportera, actriz, teatro, televisión… A menudo los actores me cuentan que lo que más les gusta de su profesión es la posibilidad de poder vivir muchas vidas en una sola; pues bien, Esther Acebo lo está consiguiendo, a base de mucha energía, muchísimo trabajo y toneladas de talento.
Es muy complicado intentar mostrar todas esas vidas en una sola entrevista, pero vamos a intentarlo…
¡Hola Esther! Presentadora de televisión, reportera, actriz… Tienes muchas facetas, ¿cómo te defines?
Ante todo, como actriz, aunque sí que es cierto que he trabajado en muy diversos medios, haciendo muchas cosas.
Empecé en Televisión de Castilla la Mancha, haciendo un programa infantil, Kosmi Club, en el que estuve cuatro años; después he hecho mucha publicidad, fui reportera del canal COSMO, ahora soy presentadora en Non Stop People, he hecho teatro, cine…
Todos esos medios me gustan y estoy muy cómoda trabajando en ellos, pero, sin duda, mi auténtica pasión es la interpretación. Ahora con La casa de papel, aún me estoy dando más cuenta de ello.
[ads1]
Aunque la tele es lo que te está dando popularidad, los amantes del teatro te descubrimos con tu debut en una obra larga, interpretando, ni más ni menos que a Petra, uno de los personajes femeninos más icónicos del teatro, en la adaptación de Las amargas lágrimas de Petra Von Kant de Fassbinder. ¡Vaya reto! ¿no?
¡Sí! La verdad es que fue un poco un salto al vacío. El reto era tremendo y fue un acto de confianza ciega entre la directora Estefanía Cortés y yo, que nos pusimos la una en manos de la otra para sacarlo adelante. Es un papel extremadamente complicado, de una señora muy vivida, a la que la vida le ha pasado por encima y eso me hizo adentrarme en un mundo de tinieblas, para mí desconocido. A veces salía de los ensayos totalmente vacía, física y mentalmente; me costaba quitarme a Petra de encima.

Cuando tu primera experiencia teatral es tan intensa, ¿cómo te planteas la segunda, sobre todo teniendo en cuenta que era otro icono femenino como la señorita Julia en El ojo de la aguja ?
¡Uf! Sé que es un poco contradictorio, pero con mucho miedo y a la vez con mucha fuerza, como un reto, con la sensación de «¿Queréis más?, ¡pues venga!». Cuando Estefanía me lo propuso no lo dudé, y lo afronté con ciertos miedos, pero encantada de la vida. Sí que es cierto que racionalicé todo mucho más que con Petra y tuve claro que a Julia la tenía que dejar en el teatro.

Tu carrera interpretativa va muy unida a la de la guionista y directora Estefanía Cortés, que te hizo debutar en Petra y volvió a contar contigo en El ojo de la aguja. ¿Qué ha supuesto Estefanía para tí?
Confianza y fé absoluta: en la profesión, en mí, en ella y en un espectáculo como concepto.
Y tras todas estas obras tan intensas, cambiaste totalmente de registro con Una noche como aquella una comedia generacional.
¡Sí! Lo cierto es que, tras estas dos obras tan intensas, disfruté mucho de esta experiencia. Ahora mismo estamos cerrando ya la obra y me sigue encantando, me parece una delicia. A casi todos los actores ya les conocía y trabajar con ellos es como un juego entre amigos. Además ver a la gente reír te da mucha energía.
El año pasado trabajaste como reportera en Non Stop People el canal de Movistar TV dirigido al público joven.
Fue un reto muy interesante y muy bonito, porque yo ya había hecho bastante tele, pero no en este plan. Con Kosmi Club era más jugar y actuar y en COSMO era más reportera. Aquí en cambio es algo nuevo, porque estaba de lunes a viernes en una redacción, rodeada de periodistas y comunicadores.
Yo hacía la parte de cine, teatro y también algunas pequeñas locuras que proponía y que me aceptaban (risas). Me di mucho aprendizaje, porque habia mucho trabajo, todo iba muy rápido.
¿Cómo lleva una actriz teatral este cambio de formato?
¡Bien! Al fin y al cabo, la televisión es como el teatro, tú cuentas historias y las vives. Al final te das cuenta de que lo que valora el espectador no es lo que dices (que ya lo han contado en 17 canales) sino cómo lo dices. Además nuestro público objetivo, gente joven, y los contenidos, que son muy amables (cultura, entretenimiento…) me hacen sentirme muy cómoda.
Baraka, el último cortometraje que has hecho, tiene unas críticas excelentes.
Está feo que yo lo diga (risas) pero es que realmente es un muy buen corto. Hemos tenido varios premios y un montón de nominaciones y cada nueva noticia más que llega es un regalo.
Baraka es un corto no tan corto (dura 22 minutos) escrito y dirigido por Néstor Ruíz Medina y producido por 7 Cuerdas Films. Habla sobre dos niños en un conflicto armado (que podría ser en Irak, aunque está narrado sin referencias temporales ni espaciales), que se encuentran a una soldado español, que ha sido secuestrada.
La idea es intentar mostrar una guerra desde los ojos de los niños y transmitir los conflictos ante los que se encuentran.
Y de un cortometraje pasamos a una señora serie como es La casa de papel…
¡Sí! La verdad es que estoy viviendo un sueño. Trabajar en televisión en una serie con un guión tan estupendo, tan bien hecha como esta y rodeada de unos compañeros tan maravillosos como los que tengo es un lujazo. Para mí está siendo una experiencia espectacular, no solo como trabajo, sino también como aprendizaje.
Háblame un poco de la serie y de tu personaje.
La casa de papel es una serie que trata sobre un secuestro con rehenes dentro de la Casa de la Moneda y Timbre. Yo interpreto a Mónica, una de las rehenes, que es la secretaria del Director, con quien mantiene una relación amorosa al margen de su matrimonio. Mónica no solo está enamorada de él, sino que también está embarazada.
Para no hacer mucho «spoiler» solo diré que debido a ciertas circunstancias, durante el secuestro recibe un balazo en una pierna y ahí estoy ahora, tumbada en una cámara acorazada, sufriendo un montón y con una bala en la pierna…. y hasta aquí puedo contar, jaja!!
Sí, porque las grandes bazas de esta serie son la trama y el suspense.
Totalmente, de hecho, ni los propios actores sabemos mucho más que los espectadores. Obviamente vamos rodando con 3-4 capítulos de adelanto sobre lo que se está emitiendo, pero hasta ahí sabemos.
Por eso, cuando termina un capítulo con una pistola apuntando a tu cabeza, no sabes si al inicio del siguiente se va a disparar, jaja. Eso como actor te lleva a que te metas aún más en tu personaje viviendo cada momento como si fuera el último.
En una serie tan coral como esta, el equipo es muy importante. ¿Qué tal está siendo tu relación con tus compañeros?
Tú lo has dicho, somos un equipo y nuestra relación ha sido estupenda desde el primer momento. Personalmente nos llevamos genial y profesionalmente es alucinante trabajar con compañeros como ellos, que te dejan con la boca abierta día sí y día también.
Una parte muy importante de la interpretación se centra en construir a partir de lo que recibes de los otros actores y cuando ellos transmiten tan bien, hacen que todo sea mucho más sencillo y a la vez más verdadero.
Para teminar, te propongo un juego… ¿Qué tal si dejamos que la actriz deje paso a la reportera? ¿Qué le preguntaría la Esther Acebo reportera a la Esther Acebo actriz?
Uff, qué difícil, no me hagas esto, jaja… ¡Vamos allá!
¿Cuándo ves las condiciones en las que está el teatro actualmente, cuál es el motor que te hace subirte a un escenario, teniendo un trabajo en la televisión?
Una compañera me dijo una vez: «en la interpretación hay que elegir los trabajos por la «regla de las tres P»: prestigio, placer o pasta. Debes coger un papel cuando te proporcione alguna de estas «P»». Bueno, pues a mí el teatro en general me aporta placer. El placer de estar en un escenario es inigualable y hasta que no lo vives no lo entiendes.