Jenny and The Mexicats es una banda que surgió como lo han hecho muchos de los grandes descubrimientos de la Humanidad, con gran intervención de la casualidad.
Empleando las reglas de la lógica, es casi inconcebible que coincidan en el mismo punto del espacio y del tiempo cuatro músicos provenientes de mundos tan diferentes como los suyos, que se compenetren tan perfectamente, tanto en lo personal como en lo musical y que hayan creado una propuesta tan atractiva como la suya.
Pero la casualidad es ilógica por naturaleza y ha permitido que hoy podamos disfrutar de Jenny and the Mexicats, una banda estupenda que mezcla, con sabiduría y sin prejuicios de ningún tipo, lo mejor de los estilos que aman y que mejor conocen. Su música es fresca, desenfadada, divertida, bailable… y totalmente inclasificable: tan pronto se adentran en sonidos pop, como van hacia el folk, el reggae, la cumbia o el rockabilly y lo hacen sin prejuicios y con una naturalidad increíble.
La banda está compuesta por una trompetista inglesa (Jenny Ball), procedente de la música clásica; los mexicanos Icho (al contrabajo) y Pantera (a la guitarra española), que aunque provenían del mundo del rock, estaban en Madrid tocando el contrabajo y la guitarra en un tablao flamenco; y David, un extraordinario cajonista madrileño, proveniente del flamenco.
Aunque nacieron en Madrid, al poco tiempo emigraron a México donde verdaderamente explotaron como banda, con su primer disco Jenny and the Mexicats. Varios números 1 en las listas de éxitos mexicanas, discos de oro, multitud de conciertos ante miles de espectadores en México y Estados Unidos, millones de reproducciones de sus vídeos en Youtube… A este primer disco, le siguió OME, que alcanzó cotas parecidas al anterior y ahora, acaban de lanzar en España Frenético Ritmo, un recopilatorio de ambos.
Es todo un lujo tener en nuestro país a un grupo musical tan atractivo como este y un lujo aún mayor, poder entrevistarles en una calurosa tarde madrileña y hablar con ellos de su pasado, su presente y su futuro. Y para entrevistar a una banda con tanto éxito en México, nada mejor que el restaurante Barriga Llena, un pedacito de México en Madrid que me tiene robado el corazón (y el estómago, por supuesto) desde hace años, junto a sus hermanos de La Panza es Primero. Un sitio muy chulo que os recomiendo visitar.
Y sin más preámbulos, con todos ustedes… ¡¡Jeeeeeennyy and the Meeeeexicaaats!!
Jenny and The Mexicats nació en Madrid hace unos años, un poco fruto de la casualidad. ¿Cómo fueron vuestros orígenes?
Icho y yo (Pantera), trabajábamos en un tablao flamenco y allí conocimos a Jenny, que estaba en Madrid en una gira con una orquesta de música clásica. Al poco tiempo, Jenny se vino a Madrid y decidimos montar la banda junto con David, a quien conocíamos del mundo del flamenco.
Sí que es cierto que la casualidad siempre ha estado en nuestro camino. Conocernos fue una casualidad y todo lo que ha sucedido después, ha sido una continuación.
En aquélla primera época os llamabais «Pachucos y la Princesa». ¿Por qué el cambio de nombre?
Pues porque al principio fuimos a Inglaterra a trabajar y allí no lo podían pronunciar bien. Así que decidimos cambiarlo por otro que nos describiera e incluimos el nombre de Jenny, luego «Mexi» por los dos mexicanos y «cats» por los «gatos» (que es como se denomina a los madrileños) para referirnos a David. Es un nombre que implicaba a todos y, por eso, nos gustó.
¿Por qué os fuisteis a México?
Queríamos explorar un poco. Nos gusta mucho movernos, viajar, «move or die» (risas), y probar en otro mercado era toda una experiencia. Fue un poco ir a probar, porque allí empezamos de cero, pero salió bien la jugada, y nos quedamos.
Actualmente en México nos va muy bien, ya tenemos un nivel muy interesante, la gente nos conoce mucho: varias de nuestras canciones han llegado al #1 de las listas, Jenny and The Mexicats fue disco de oro y hemos dado muchos conciertos ante muchísima gente (incluso hemos tocado dos veces en el Estadio Azteca ante 110.000 personas). En resumen, que estamos muy felices de estar allí.
He escuchado que también estáis funcionando muy bien en Estados Unidos, ¿no?
Sí, no tanto como en México, donde la cosa ha ido increíblemente bien, pero hemos tocado allí bastantes veces, los discos se venden y las salas se llenan (y son salas muy grandes). Precisamente ahora nos vamos a una gira por Estados Unidos donde tocaremos por varias ciudades (Chicago, Oklahoma, Dallas…). Tenemos mucho tirón entre el público latino, pero es muy bonito ver que en los conciertos hay mucha mezcla de gente y que todos disfrutan mucho.
Incluso, hemos tenido la oportunidad de tocar ante Obama en Washington, en un acto navideño de homenaje a las tropas (muchos de los soldados son latinos y querían un grupo que estuviera pegando en el mundo latino), donde hicimos el Feliz Navidad de José Feliciano, pero a nuestro estilo.
Allí son grandes espacios. Hay una sala donde tocamos hace poco en Los Ángeles, que se llama House of Blues, que es emblemática y tocar en ese escenario, donde lo han hecho los más grandes y llenar el local fue algo increíble.
Dentro de que la música es un lenguaje común, cada uno de vosotros viene de un dialecto diferente (flamenco, clásico, jazz). ¿Cómo son los procesos de composición?
Bastante caóticos, pero no nos ponemos limitaciones, sino que respetamos mucho la decisión del otro. Tampoco tenemos reglas en el sentido de que si empezamos la canción en español, la terminamos también en español o que marquemos una estructura estribillo – estrofa. No, las cosas salen como vayan saliendo: pueden surgir las cosas en spanglish o hacer un tema en el que la trompeta sea el estribillo y eso da mucha libertad creativa. El hecho de que en la composición no exista un «no» tajante a nada, da mucha libertad creativa. Lo que buscamos es que la composición resulte natural y orgánica.
La composición instrumental tan peculiar que tenéis en la banda (trompeta, guitarra española, cajón y contrabajo), da mucha identidad a vuestro sonido, pero ¿no creéis que es un poco limitante?
No lo vemos como algo malo. Sí que puede parecer un poco limitante, incluso a nosotros al principio, nos parecía que estos instrumentos nos podían impedir hacer ciertos tipos de música…y ¡nada de eso!
Acabamos de hacer ahora un tema súper punkarra, que se llama Sasha y Esteban y no tiene ninguna guitarra eléctrica. Lo que le da la marcha es la forma de hacerlo; es una cuestión de actitud y de darle más vueltas a la cabeza para conseguir lo que quieres sin esos instrumentos.
Quizás el instrumento más llamativo sea la trompeta, pero en nuestro caso no la usamos como acompañamiento, como la mayoría de bandas, sino que la utilizamos como un riff o como una voz más y eso nos da mucha personalidad.
De todos modos, aquí también aplicamos nuestro espíritu de no limitarnos y, a veces, en los conciertos, metemos más músicos con otros instrumentos (guitarras eléctricas, pianos, Wurlitzer, más percusión…) si la ocasión lo requiere.
Y ahora volvéis por aquí tres años después, ¿tal vez para cerrar el círculo que se inició entonces?
El hecho de volver por Madrid ha sido, en parte, porque nos apetecía editar un disco en España, que la gente nos vaya conociendo más por aquí y poder venir a tocar tres o cuatro veces al año. Además, estamos aprovechando para venir a visitar a los muchos fans que tenemos en España.
Por otro lado, ahora tenemos un directo mucho más maduro, los músicos hemos mejorado muchísimo con la experiencia de México, hemos dado muchos conciertos allí y teníamos la ilusión de venir a enseñar eso en España.
Y habéis venido con un disco recopilatorio (Frenético ritmo) bajo el brazo…
Pensamos que volver a comenzar aquí editando el primer disco sería muy pesado y como tampoco queríamos saltárnoslo, porque creemos que es bueno y ha funcionado genial, decidimos optar por un término medio y sacar un recopilatorio que fuera un resumen de ambos y ponernos al día. Por eso sacamos en España Frenético Ritmo, de la mano de Esmerarte, que nos está echando una mano en la distribución
Ahora ya nos hemos puesto al día y la idea es que, cuando saquemos nuestro siguiente trabajo, lo hagamos ya simultáneamente en México y aquí.
¿Qué tal están funcionando los conciertos de la gira española?
Estamos alucinados. El otro día en Madrid, la gente nos había dicho que tuviéramos en cuenta que eran las fiestas de San Isidro, que había mucha gente por las calle en conciertos gratuitos y que no tuviéramos muchas expectativas. Pero llenamos la sala e incluso tuvieron que quitar las mesas, porque estaba abarrotado. Nos ilusionó mucho que después de tanto tiempo de no tocar en la capital la gente se acordara de nosotros. Y lo mismo nos ocurrió en Valencia, donde hacía cinco años que no tocábamos, así que estamos muy felices.
¿Cuándo os veremos por aquí de nuevo?
Pues esperamos que a menudo. Por lo pronto, en julio volvemos para hacer festivales. De momento tenemos confirmado uno en Nigrán (el Portamérica Rias Baixas) y luego, ya veremos…
Como despedida, como quiero recomendaros muy mucho que escuchéis a esta banda, os dejo con uno de sus vídeos. Si os pasa lo que a mí, iréis saltando de uno en otro, porque su ritmo os atrapará, como ha hecho con millones de personas.
