Bellas, sonrientes, brillantes, casi perfectas por fuera, pero vacías por dentro. Así son las muñecas y por su similitud con la personalidad de sus personajes protagonistas, las creadoras de esta webserie que vengo a comentaros, decidieron llamarla así: Muñecas.
Sí, amigos y amigas, porque hoy os voy a hablar de esta webserie, que debutó hace tres años en Youtube, un poco de puntillas, y pasito a pasito consiguió un impresionante éxito, (especialmente entre los colectivos LGTBI, dada su temática), con más de 2 millones (sí, sí, he dicho millones) de visualizaciones.
De hecho, el éxito fue tan grande que casi por aclamación tenía que llegar una segunda temporada, que acaba de ver la luz y que os presento mediante este artículo.
Las webseries
Pero vamos por partes: algunos os preguntaréis, ¿qué es una webserie? Pues como su propio nombre indica, una webserie o serie Web (que tanto monta…) es un producto audiovisual que se emite por capítulos y que está destinado a mostrarse exclusivamente por alguno de los diversos canales que ofrece la Web (Youtube, Flooxer, Netflix u otros canales y plataformas de Internet).
Esto da lugar a su segunda característica principal: su duración. Los capítulos han de ser breves; el usuario de Internet es totalmente distinto del que se sienta en su salón a ver una película o una serie. En efecto, el posible destinatario de estos productos es alguien que los va a ver en la calle o el transporte público, en su dispositivo móvil (mientras espera a alguien o hace un trayecto) o en su casa frente al ordenador, mientras tiene abiertas varias ventanas más del navegador (incluso, en muchos casos, redireccionado al vídeo desde algún enlace en una red social, blog o web).
Esto obliga a limitar la duración de los episodios para no aburrirle (suele variar entre 10 y 15 minutos, aunque en algún caso, como este, se extiendan un poco más), a utilizar una trama y realización directa y a captar la atención del espectador desde el primer momento.
Frente a estas servidumbres están sus múltiples ventajas: en general, su producción es técnica y económicamente asequible, permiten una mayor libertad creativa y expositiva que la que ofrecen el cine o la televisión, a la hora de afrontar cualquier tema y, derivado de esto, ofrecen la posibilidad de tratar temas que no tienen cabida en otros medios. Además, permiten una absoluta interactividad entre los creadores y los destinatarios que, en las propias redes sociales, comentan la producción, el guión, las interpretaciones e, incluso, pueden influir en el desarrollo futuro de las tramas.
Muñecas – la serie
Partiendo de todas estas premisas, Inma Olmos y Carlota Sayos decidieron crear Muñecas, a partir de una idea que surgió en un largometraje experimental que ambas llevaron a cabo. La primera temporada de esta serie, constaba de cinco capítulos que se emitieron en Youtube con periodicidad más o menos mensual, pero la segunda temporada ha supuesto un gran salto adelante tanto cuantitativo como cualitativo.
Sí, amiguitas y amiguitos, porque esta segunda temporada, que consta de seis capítulos, se emitirá íntegramente en Flooxer, la plataforma digital de A3media a razón de un capítulo a la semana a partir del 24 de abril.
No solo eso, sino que los capítulos han ganado en duración (ahora están sobre los 30 minutos), en personajes y en riqueza de las tramas. Yo, que ya la he visto al completo, os recomiendo muy mucho verla, porque os aseguro que lo pasaréis en grande: reiréis, soñaréis y os sumergiréis de cabeza en la vida de estas muñecas.
Además, la elección del formato webserie es totalmente adecuado para hablar alto, claro y sin ningún tipo de tapujos, sobre un tema que seguramente no tendría cabida en un gran medio audiovisual como son las relaciones personales, afectivas y sexuales de varias personas homosexuales.
La temática
La trama sobre la que se asentaba la serie en su primera temporada, eran las sesiones de terapia a que se sometían seis mujeres lesbianas y un chico gay con una psicóloga freudiana (también lesbiana). Con la libertad creativa y de expresión que permitía el formato webserie, afrontaban situaciones y conflictos afectivo-sexuales tales como el voyeurismo, las relaciones tóxicas, el pseudo poliamor y los propios roles de género
Se trataba por tanto, de una serie de temática claramente homosexual (de hecho, ellas mismas la promocionaban como «serie de temática lésbica»), cuyo objetivo fundamental era normalizar y dar visibilidad al colectivo LGTB, pero con las miras de trascender las fronteras del citado colectivo, lo que se resumía en su mensaje promocional: «Muñecas: La serie gay que revolucionará el mundo hetero«.
Llamaba también la atención que los conflictos se exponían sin tapujos ni cortapisas de ningún tipo y con la más absoluta crudeza, lo que daba mucha verdad a la narración. Además, uno de los personajes (una locutora llamada Makiel), al principio de cada capítulo, ante un micrófono y sin pelos en la lengua, unas reflexiones las reglas del juego y daba el pitido inicial (valga el símil deportivo). Para muestra, os reproduzco un extracto del que abría la serie en la temporada 1:
Yo penetro, tú penetras, él penetra, ella penetra. ¿Ella penetra? Sí señores y señoras, ella penetra, penetró y penetrará. Me gusta el lenguaje y también la lengua. Y si hablamos de lengua, podemos con una sonrisa de esas maliciosas, hablar de penetración. Es muy curioso como muchas personas cuando escuchan la palabra penetración, ven en el hemisferio izquierdo a un hombre y un pene. Curioso y limitante…
No me negaréis que esto es un ejemplo de inicio cañero, que incita a seguir viendo el capítulo…
Otro de sus elementos distintivos era la estética de la serie, muy cuidada, al estilo de la serie estadounidense The L World; las chicas son muy femeninas, rompiendo el estereotipo que identifica lesbiana con pelo corto, actitudes masculinas… Para contribuir a la pretendida normalización se utilizó como imagen de lesbiana la de unas mujeres con exitosas carreras profesionales, bellas y femeninas, pero que no renegaban de su orientación sexual.
¿Y qué aporta la segunda temporada?
Pues como ya os he dicho, en la segunda temporada todo es «más y mejor» 😉
La trama continúa centrada en la terapia del grupo (aunque ahora también hay nuevas historias que suceden fuera de la terapia), continuando Eva, la terapeuta, y dos de los personajes fundamentales de la primera temporada: Makiel y Sandra. Eva sigue con su terapia heterodoxa (más aún, si cabe, que en la primera temporada), Sandra/Saúl se identifica como un cruzado y Makiel se convierte en el centro de una maravillosa y divertidísima historia de poliamor lésbico.
Junto a ellas, dos nuevas incorporaciones fantásticas, pues enriquecen mucho las tramas de la serie y aportan dos historias realmente preciosas: Carla, una heterosexual bastante confusa y atormentada y Laura una prostituta lesbiana que se ha enamorado de una clienta heterosexual.
Las muñecas
Una de las principales claves del éxito de la primera temporada de esta webserie fue el EQUIPO con mayúsculas que trabajaba en ella: desde los magníficos guiones y la excelente dirección, a la impresionante calidad de la serie en cuanto a imagen, sonido y realización; pasando, por supuesto, por las estupendas interpretaciones.
Estos elementos se han mantenido intactos y, si cabe, se han mejorado aún más en esta segunda temporada con las nuevas incorporaciones. Sigue Carlota Sayos asumiendo la dirección y montaje de los capítulos. En el reparto, repiten Inma Olmos como Sandra/Saúl, Wanda Obreke como Makiel y Laia Alemany como Eva y a ellas se les unen actrices del calado de Mabel del Pozo, Patricia Garo, Cayetana Cabezas, Anita del Rey, Guadalupe Lancho, Patricia Jordá y Virginia Rodríguez y actores como Ángel Acero y Miguel Ángel Jimenez.
Además esta segunda temporada cuenta con cameos de lujo como los de María Esteve (aún me río recordándolo) y Natalia Verbeke (fantástica como una psicóloga, por supuesto… argentina 🙂
En resumen, que si Muñecas nació siendo una webserie que tenía la intención de dar visibilidad al colectivo LGTB, en esta segunda temporada se ha hecho mayor y además de esa finalidad y de las crudas historias de la primera, ahora es mucho más amigable, contando unas nuevas historias cotidianas, divertidas, tiernas… una delicia que os recomiendo ver, sea cual sea vuestra orientación sexual, pues objetivamente (por guión, interpretaciones y realización), merece muchísimo la pena.
Y para muestra… me despido compartiendo con vosotros el enlace a su canal de Youtube donde podéis ver muchos de sus capítulos
Información Bitacoras.com
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