Jon Plazaola

Una de los más agradables descubrimientos televisivos de estas dos últimas temporadas ha sido del Jon Plazaola, como el entrañable Iñaki, protagonista de la exitosa teleserie Allí Abajo.

Iñaki, un tipo fresco, natural, entrañable y un poco torpe en asuntos del corazón, se ha ganado el corazón de los espectadores. Y eso ha sido en buena parte gracias a un estupendo guión pero, sobre todo, gracias a la interpretación de Jon Plazaola, un habitual en producciones de la televisión autonómica vasca tanto detrás como delante de las cámarás, pero, hasta esta serie, un gran desconocido para el resto del país.

Este polifacético actor y humorista nacido en Urretxu, era ya un personaje conocido para los seguidores de la ETB vasca, gracias a sus trabajos como guionista, director, presentador y actor; pero ha sido su trabajo en Allí Abajo, lo que le ha proporcionado el cariño y reconocimiento por parte del gran público en toda España.

Y eso que la tarea no era nada sencilla. Al ver esta serie, todo el mundo tenía en mente el personaje de Dani Rovira en Ocho apellidos vascos, que le dió muchísima popularidad y lo convirtió en el «andaluz oficial» y Jon tenía que convertirse en el reverso norteño del malagueño y ¡vaya si lo ha conseguido! Gracias a su talento y a mucho trabajo, tras estas dos temporadas, no hay medio que no alabe su interpretación y hable de él como el «vasco oficial», con su carácter sencillo, su sonrisa franca, su barba y ese aspecto de tipo inteligente y simpático con el que te encantaría salir a tomarte unas cañas.

Nos gustaría llevaros a todos a tomar unas cañas con Jon Plazaola, pero como eso no es posible por el momento, compartimos con vosotros esta charla que tuvimos con él hace unos días, para que conozcáis mejor a este gran profesional.

Entrevista con Jon Plazaola

¡Hola Jon! Prácticamente todo tu trabajo había sido en la televisión vasca. ¿Qué importancia tiene la televisión autonómica para los actores de Euskadi?

La ETB (Autonómica Vasca) es sin duda alguna nuestra cantera, nuestra casa y nuestro hogar. En mi caso fueron los primeros en confiar en un chaval jovencísimo que intentaba abrirse paso a través de la maleza de la jungla audiovisual con una cuchilla de afeitar. Ellos me dieron la formación y las herramientas necesarias para comprender, abrazar y amar el mundo en el que me movía. Además me hicieron polivalente, algo que en los tiempos que corren es un bien necesario. Trabajé de actor, presentador, guionista y director. Les debo mucho.

¿Cómo fue el salto a una serie nacional de gran audiencia como esta?

Una auténtica macedonia de sensaciones. Todas nuevas, todas buenas. Cuando Oscar Terol me dijo que iba a ser Iñaki en Allí Abajo sentí muchísima felicidad, mucha ilusión, emoción… y cuando se me pasó esa primera borrachera emocional también comprendí que la magnitud del proyecto al que me enfrentaba conllevaba responsabilidad, sacrificio y total dedicación.

Todo ha ido fenomenal. No puedo decir que “mejor de lo que esperaba” porque a decir verdad no sabía lo que me esperaba. Me adapté perfectamente desde el primer momento y en eso tienen mucho que ver mis compañeros y en especial María. Y además todo va a mejor. Estoy donde quiero estar.

Ya vamos con la segunda temporada de éxito de Allí Abajo, ¿cómo has vivido todo este tiempo?

Lo único que conservo desde el día que me dijeron que sería Iñaki en Allí Abajo son las mariposas que aún me revolotean en el estómago. Vivo cada minuto de este viaje con mucha emoción aunque, lógicamente, estoy más tranquilo y asentado que la primera temporada donde todo era nuevo para mí.

Empezamos a trabajar totalmente a ciegas y cada mirada era una mirada que juzgaba lo que estábamos haciendo. La alargada sombra de los “Ocho Apellidos” planeaba sobre el proyecto y contaminaba el juicio y el punto de vista de la gente del equipo (tanto artístico como técnico). Creo que la gente podía tener la sensación de haber llegado tarde a un terreno que ya había conquistado la película. Pero todo eso se terminó prontísimo, cuando empezamos a trabajar. Ensamblamos un equipo brutal que empezó a confiar (la cadena y los productores los primeros)  en el proyecto y en la gente que participábamos en él. El secreto de Allí Abajo está en la familia gitana, el ambiente excepcional que se ha formado en el equipo. Somos mucho lejos de casa y eso une mucho.

Ocurrió con Ocho apellidos vascos y vuelve a ocurrir con vosotros. ¿Por qué crees que el humor de tópicos regionalistas vende tanto?

Es un código que llega muy fácil a la gente y, además, a un target muy amplio de espectadores. Es fácil de comprender, de rápido consumo y sencillo de digerir. Y ese término, “tópico” que ahora la gente lleva grabado a fuego en su interior crea debate, crea discusiones en los bares, en la calle y en las redes sociales. Un debate necesario y beneficioso para nosotros, porque es casi una extensión del proyecto más allá de la mera emisión. Repercute. Y no todos los proyectos audiovisuales logran tener repercusión.

En alguna ocasión os hemos oído decir, tanto a ti como a Carmen (papel que interpreta María León) que entre vascos y andaluces hay mucha similitud, ¿eso es cierto?

Totalmente. Y no hay más que visitar los dos polos ibéricos para darse cuenta de eso. Personalidades muy marcadas, carácter, humor, disfrutar por encima de todo, sacar la fiesta a la calle, hospitalidad, intentar que el foráneo comprenda y participe de lo nuestro… y eso sólo es la punta del iceberg.

Tópicos regionalistas aparte, tú ahora estás viviendo en “territorio León” y eso es mucha tela. ¿Cómo es el día a día trabajando con una actriz de la talla de María León? ¿Y con su madre?

Es precioso comprobar que el dicho “Nadie es profeta en su tierra” no se ajusta para nada a la familía León. La gente aquí les tiene muchísimo cariño y son muy admirados por su forma de ser y por su trabajo.

Personalmente me parece un clan al que hay que observar, al que hay que comrpender, del que hay que absorver y aprender mucho. Tienen una cultura del trabajo y del sacrificio muy arraigada y la humildad por bandera.

María es y será muy especial para mí porque es la primera partner que me ha tocado en un proyecto de estas características. Siempre digo que es compañera, amiga y maestra. Me siento crecer al lado de ella y eso es maravilloso. Siempre le estaré agradecido.

En cuanto a Carmina, sé que parece a los ojos de la gente que es una señora espontánea, graciosa, malhablada y más fresca que una lechuga. Correcto. Pero es mucho más, es la madre. Y sólo hay que observar la forma en la que mira a sus hijos para comprender el amor y la admiración que existe en esa familia.

Supongo que, además de laborioso, este rodaje tiene que ser muy divertido y lleno de anécdotas. ¿Cómo fue la escena de tirarse de cabeza al Guadalquivir para salvar a Carmen?

Siempre que cruzo el Puente de Triana me acuerdo de ello. Es uno de los recuerdos que me llevo de Allí Abajo, sin duda. Si alguna vez tengo hijos o nietos pasaré por ahí y les diré “Vuestro padre/abuelo se tiró ahí de cabeza. Por eso soy calvo ahora” jajajajajajajajaja

¿Cómo llevas lo de vivir en Sevilla? (Tú, que además de actor eres monologuista, seguro que estás recopilando material para el futuro, a toneladas).

Hombre, por supuesto. Estoy esperando a acabar la temporada para sentarme y volcar todo sobre el papel. Me encanta Sevilla. Me encanta la ciudad, sus rincones, su gente, el ambiente…

Dice la canción que “Sevilla tiene un color especial”, para alguien que ha estudiado Bellas Artes como tú… ¿Qué color es ese?

Rojo pasión que le pone a todo la gente. Verde esperanza y como no, amarillo albero.

En esta serie coincides con muchos de los que fueron compañeros tuyos en la televisión vasca. ¿Ha facilitado eso el ambiente de grupo?

Totalmente. Además de Oscar, que desde el principio ha sido mi hermano mayor, puedo decir que la cuadrilla ha actuado como tal: Gorka, Iker, Santi, Txaflas… hemos conectado todos muy bien. Y es una gozada ver lo contentas que están Ane, Maribel, Alazne, Haizea y los capitulares que han ido viniendo como Ainhoa, Anartz, Isidoro… el clan vasco es fuerte y tiene fama.

Supongo que eres consciente que, debido a la serie, ahora eres la imagen del “prototipo de vasco” (aunque solo sea en el imaginario popular) ¿Genera responsabilidad? ¿Qué te dicen al respecto los amigos y la familia cuando vuelves por allí?

Sí, supongo que puede ser así y no me molesta. Aunque debo advertir que Iñaki, la cuadrilla, Ama, Bego… responden más a ese prototipo estereotipado que todos tenemos en mente que yo mismo. No me considero prototipo de vasco, no me considero prototipo de nada, no creo demasiado en eso. Pero entiendo que muchas veces se crean avatares basados en la estadística para poder hablar y entendernos sobre un grupo de gente (vascos, andaluces, galegos, catalanes, madrileños…). La gente necesita referencias para comprender las formas de vida de otras gentes y para eso se crean los prototipos. Lo que sí me llama la atención es que la gente me pregunta si soy vasco de verdad. Cuando vivía en Madrid no me hacía falta ni decir una palabra para que supieran de dónde vengo.

Además de cómo actor y presentador, has trabajado también como guionista y director. Independientemente de la popularidad ¿a qué lado de las cámaras mola más trabajar?

Soy un enamorado profundo de mi profesión. Disfruto delante, detrás, arriba y abajo.

¿Qué proyectos futuros tienes?

Cuando acabe el rodaje de la segunda temporada de Allí Abajo me sumergiré de lleno en el rodaje de lo que será mi primera participación como actor en una película. De momento es cuanto puedo decir.  Y espero que más pronto que tarde tenga que volver a Sevilla para la tercera de nuestra serie.