Una de las más agradables sorpresas teatrales de principios de este 2017 es el estreno de malditos16, una obra que afronta cara a cara un tema tabú en esta sociedad como es el del suicidio de adolescentes.
A los que hemos tenido la suerte de poder disfrutar de ella, nos ha maravillado y emocionado el ver cómo se afronta un tema tan escabroso: con sinceridad y crudeza, pero con un tono positivo y optimista, enfocándolo a través de las historias de superación de sus protagonistas.
#malditos16 es una obra que, desde aquí recomendamos encarecidamente ver a todos los implicados en la educación juvenil. Ya seas un adolescente, un padre o un miembro de la comunidad educativa, te vas a ver reflejado en estas historias en las situaciones que han vivido los distintos personajes.
Si desde el punto de vista educativo, esta obra es absolutamente necesaria, desde el punto de vista artístico resulta muy recomendable por diversos aspectos. En primer lugar, porque forma parte del proyecto Escritos en Escena del Centro Dramático Nacional.
Se trata de un modelo en el que la obra se va construyendo casi a pie de escenario. El autor elabora un primer borrador del texto, los actores lo van desarrollando poco a poco, a través de improvisaciones y, gracias a lo que se obteniendo de las mismas, el autor va dando forma al texto definitivo. El texto es algo vivo, que va creciendo a la par que el montaje.
Un gran texto, una interesante propuesta teatral, pero lo que realmente emociona a los espectadores es la interpretación que de estas historias realiza un grupo de jóvenes actores, llenos de fuerza y compromiso con las historias que están contando.
Por ello, nadie mejor para contarnos, desde dentro, qué es #malditos16 que la actriz valenciana Paula Muñoz, que da vida a Naima, una de las protagonistas de la obra.
¡Hola Paula! Cuéntame con tus palabras de qué trata #malditos16
Es una función que trata de cuatro jóvenes, que tienen entre 20 y 21 años y vuelven al hospital donde estuvieron ingresados cuando tenían 15-16 años porque intentaron quitarse la vida. Una de las psicólogas, que les atendió a ellos en su momento, les llama para que participen en unos talleres que han organizado, hablen con otros chavales que están en la misma situación que estaban ellos y les ayuden.
Ahí es donde entra el conflicto con el hecho de revivir sus miedos, de exponer sus heridas internas que, en algunos casos, aún no están cerradas…
Pero pese a lo duro que parece y que es la obra por momentos, es positivista, transmite un mensaje de esperanza, de que con ayuda se puede salir del pozo.
¿Cómo es Naima, tu personaje?
De él te puedo contar poco, para no hacer spoiler porque se va desentrañando mucho a lo largo de la obra, pero sí te puedo decir que es una modelo que tiene un problema muy grande con la autoestima y con la percepción que tiene de sí misma.
Es un personaje que, desde muy pequeña acarrea mucha responsabilidad y mucho más peso que el que una niña de su edad tiene que acarrear lo que le lleva a tener muchos problemas.
El proceso creativo de esta función ha sido un poco particular. ¿Cómo lo has vivido?
Como el texto no estaba escrito desde el principio, Fernando traía unas escenas, las leíamos, veíamos lo que funcionaba o no y, a partir de ahí, se iba re-escribiendo y definiendo todo. Como actor es un lujo poder ser parte tan activa de un montaje y ver reflejado en él improvisaciones nuestras, cosas que hemos compartido…
Es cierto que al irse escribiendo el texto sobre la marcha, al principio no tienes donde agarrarte y tienes que poner mucho de tu parte, pero es una maravilla el poder ir probando cosas y ver qué funciona durante el proceso de creación.
¿Cómo se enfrenta un actor a un papel en que tiene que interpretar personajes que le llevan a situaciones extremas por las que la mayoría de la gente no pasa a lo largo de su vida? ¿Cómo llegas ahí como actor?
En este caso, nos hemos documentado muchísimo. Han venido a hablar con nosotros dos psicólogos y un educador social experto en temas de transexualidad y nos han dado muchísimas pautas sobre las situaciones por las que pasan los personajes en la obra: suicidio, violencia (ya sea escolar, sexual, doméstica). Nos han proporcionado muchísima información y en ese sentido ha sido sencillo.
Y aunque en esta obra los personajes llegan al extremo, lo cierto es que como actriz no es necesario llegar a ese límite para sentirte identificada con lo que les pasa a ellos, porque en mayor o menor medida todos nos podemos ver reflejados en las cosas que a ellos les pasan. Todos hemos sido adolescentes y sus problemas no son aislados, es algo con lo que podemos empatizar.
Además de sus pretensiones artísticas, esta obra tiene un importante carácter didáctico al hablar, no solo de un tema tabú como es el suicidio de adolescentes, de la adolescencia en general y de todo lo que la rodea, ¿no?
Totalmente. Una de las razones para montarla es realizar una llamada de atención a los medios, a los padres, a la sociedad en general sobre este tema que, efectivamente, es tratado como un tabú.
En España, el suicidio es la segunda causa de muerte adolescente y es algo de lo que no se habla, pues se teme el «efecto llamada», y lo que se está poniendo en tela de juicio es que el no hablarlo resulta igual de nocivo, porque parece que no existe, cuando es una realidad a la que deberíamos hacer frente.
El autor de la obra es Fernando J. López, reconocido dramaturgo y novelista. ¿Cómo ha sido trabajar con él?
Fernando ha sido una revolución para mí. Estoy enamorada de este autor, es maravilloso. Es el motor de este proyecto y está muy concienciado con la trama de la obra. Aparte de novelista y dramaturgo, ha sido profesor de instituto, y en la actualidad también trabaja en un hospital realizando talleres con chavales que están ingresados y que necesitan ayuda, de ahí le nace la necesidad de hablar sobre este tema.
¿Y con el director Quino Falero?
También estoy enamorada de él, ha sido un lujo contar con un dramaturgo y un director como ellos dos.
Quino es alguien muy especial, tiene muy buena energía. Trabajar con él es muy fácil y divertido. Él te propone siempre desde el juego, lo cual te permite ser muy creativa. Además, ya había trabajado con Fernando antes y los dos se entienden muy bien, forman un equipo muy unido. Son muy diferentes entre sí, pero se complementan perfectamente.
Los personajes de la obra superaron su problema gracias al apoyo mutuo y los actores que los representáis, habéis sacado este proyecto adelante gracias a vuestro apoyo mutuo. ¿Qué me puedes decir de tus compañeros en la obra?
Estoy encantada con todos mis compañeros. Desde el principio ha habido muy buena onda y mucha generosidad por parte de todos.
Creo que este proyecto no hubiese sido igual sin la conexión que hemos tenido entre nosotros. Eso ha sido vital. Esta es una historia de equipo, y todos sumamos. Con eso te lo digo todo.
Ellos son: Pablo Béjar, Andrea Dueso, Manuel Moya, David Tortosa y Rocío Vidal.
¿Cuál está siendo la reacción de la gente cuando la ve?
Pues hasta ahora, en los pases que hemos hecho, la gente empatiza muchísimo, porque ve en el escenario cosas que están en todos nosotros, que ya ha visto antes, en mayor o menor medida, y que puede reconocer fácilmente.
¿Más allá de tu labor como actriz, qué te ha aportado participar en esta obra como persona?
A mí me ha cambiado, no soy la misma, porque me ha obligado a mirar dentro de mí y a reflexionar sobre muchas cosas.
Una reflexión final sobre el proyecto…
Es una obra con la que todo el equipo está implicado, un proyecto en el que todos creemos mucho porque consideramos que, en este momento, es necesaria: no hay mucho teatro dirigido a adolescentes, ni mucho teatro que intente tender puentes entre la educación y la cultura para chavales de estas edades.
Si tú eres un adolescente, te va a interesar, si tú tienes un hijo, te va a interesar y si eres profesor, también.
Espero que os haya convencido todo lo que Paula y yo os hemos contado, pero si aún dudáis sobre si ir a verla o no, aquí tenéis el teaser…
Artículo originalmente publicado en Unagi Magazine
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#malditos16 Teatro: Sala de la Princesa (Teatro María Guerrero) Dramaturgia: Fernando J. López. Director: Quino Falero. Reparto:Pablo Béjar (Rober), Andrea Dueso (Ali), Manuel Moya (Dylan), Paula Muñoz (Naima), David Tortosa (Sergio), Rocío Vidal (Violeta). Música: Mariano Marín. Fechas: del 25 de enero al 5 de febrero de 2017. [/box]