Tras el (caluroso) paréntesis veraniego, volvemos a unir cuerpo y mente, run and mind con una mujer que aúna maravillosamente ambas palabras en su persona: la actriz Xenia Tostado.
Lo primero que llama la atención cuando hablas con Xenia es su belleza, una belleza serena que trasciende más allá de lo físico y se manifiesta en cómo habla, cómo se mueve y transmite paz, alegría y mucha energía positiva… Es la viva imagen de cómo Tolkien definía a los elfos: «criaturas bellas que aman la naturaleza, la vida y la música».
Y como los elfos, Xenia Tostado también aúna esa luz y armonía con una fuerza encomiable que la hace capaz de proezas increíbles. Una energía que ha plasmado en su trabajo como actriz y en su amor por el deporte pero, sobre todo, en su reciente faceta de madre.
Los más veteranos recordamos su debut televisivo, cuando aún era muy jovencita, junto a Emilio Aragón en la serie Javier ya no vive solo. Desde entonces, gran parte de su carrera se ha desarrollado en la gran pantalla, donde su energía, talento y versatilidad la han convertido en personajes como «La Vane» de Sin tetas no hay paraíso, Victoria Falcón en Piratas, Lupe en Bandolera o, más recientemente Lourdes Maldonado en Amar es para siempre.
Actualmente, Xenia está en medio de un maravilloso paréntesis profesional, motivado por el nacimiento de su primera hija, un paréntesis que ya toca a su fin, así que pronto podremos volver a disfrutar de esta gran actriz.
Para que nos hablara de todo ello ─y, por supuesto, para entrenar─, Paula y yo quedamos con Xenia Tostado en el madrileño parque de El Retiro una calurosa mañana de julio, y esto es lo que pasó…
¡Hola Xenia! ¿Sabías desde pequeña que querías ser actriz?
Sí, desde muy pequeñita tuve claro que me gustaba muchísimo la danza. Empecé a bailar clásico, pero con 14 años me cansé un poco y decidí cambiarlo por el teatro, así que siempre he estado muy relacionada con el arte.
¿Ha sido la interpretación una carrera como te la imaginabas?
Sí, sabía que era una profesión dura, intermitente, con épocas muy buenas y otras no tan buenas y no me ha costado nunca adaptarme a los malos momentos. Cuando han venido, realmente mi desazón era más por mis ganas de trabajar, que por otra cosa. Es una profesión vocacional y necesitas trabajar para sentirte realizado.
Comenzaste en televisión muy jovencita trabajando con Emilio Aragón en Javier ya no vive solo. ¿Cómo fue aquélla experiencia?
Sí, era muy jovencita aunque menos de lo que la gente creía; tenía ya 20 años, aunque aparentaba mucho menos. Fue toda una experiencia. Tuve la suerte de trabajar con un equipo maravilloso, no solo en lo técnico sino también en lo humano y aprendí mucho de gente como Fernando Guillén-Cuervo, Emilio Gutiérrez Caba, Emilio Aragón…
Has trabajado mucho más en televisión que en otros medios como el cine. ¿Por alguna razón en particular?
Es que realmente es donde más trabajos salen y como actriz no siempre puedes elegir. Pero estoy muy feliz de que haya sido así y de haber podido participar en todos los proyectos donde he tenido la suerte de haber trabajado.
Tú viviste en primera persona el nacimiento del boom de las series de televisión nacionales con Sin tetas no hay Paraíso ¿Cómo fue aquello?
Fue una época donde se descubrió lo que era el «fenómeno fan» y nos tocó descubrirlo, por suerte, en grupo y compartido. Además hicimos un buen grupo y nos llevamos genial entre nosotros.
Tú que has trabajado en muchas series, ¿cómo ves el momento actual de las series en televisión?
Ahora afortunadamente es un momento muy bueno para la tele, porque se están haciendo muchas cosas, aunque queda aún mucho por hacer. Todavía está siendo muy difícil levantar proyectos: se quedan muchos en el cajón, otros se retrasan…
Estos últimos dos años has tenido un parón en tu carrera, a causa de tu maternidad, debido a que has decidido centrarte en ella.
Sí, la vida va pasando y uno va valorando qué es lo que más le importa en cada momento y ya está. Yo me dejo llevar un poco por el corazón y por lo que me pide el cuerpo y durante este tiempo lo más importante ha sido mi hija y estar junto a ella. Lo va a seguir siendo en el futuro, pero ahora ya me apetece trabajar.
¿Cómo fue la experiencia de la maternidad?
¡¡Uff!! Fue ─y sigue siendo─ lo más increíble que me ha pasado en la vida. Nada te prepara para eso.
Yo siempre había soñado con ser madre, soy la mayor de muchos primos y me encantan los niños y, por eso, siempre creí que sabía lo que iba a sentir siendo madre, pero la realidad ha superado con mucho a la ficción: la maternidad es algo increíble que no se puede describir con palabras… sobre todo si tienes una niña como la mía (risas).
Tú hija Jimena lleva en los genes la interpretación, tanto por tu parte como por la de su padre. ¿Crees que de mayor será actriz?
Pues no lo sé, es muy graciosa, tiene mucho arte, es muy bailonga, pero no sé (risas). Será lo que quiera ser. Eso sí, está rodeada por muchas cosas que, según vaya creciendo, al menos le harán despertar el interés: ir a rodajes, ver a sus padres en la tele, que la gente te pare por la calle para hacerse fotos…
¿Cómo se lleva en el mundo de la interpretación la conciliación de tu maternidad con el trabajo?
Pues en unos meses lo veré, porque me estoy preparando ya para volver y ya tengo algún proyecto muy interesante entre manos para finales de año. Sí que es cierto que durante este periodo, incluso he estado cerrada a hacer pruebas, para que no tener ninguna tentación que me alejara de mi deber como madre.
Es más hace unos meses pensaba en trabajar y me echaba a llorar, al darme cuenta de que eso me iba a hacerme separar de Jimena, ahora, de forma natural lo he superado y creo que se puede conciliar bien. Es cierto que es difícil conciliar cuando estás solo en una ciudad y no tienes ayuda. Pero yo sé que cuando llegue el momento de volver a trabajar, ya le he dado a mi hija todo lo que le tenía que dar el primer año y pico y estoy preparada, tanto para despegarme como para estar segura de que ella va a estar bien.
Además de actriz, tienes Vivir Tu Descubrir, un blog de éxito en la revista InStyle en el que, entre otras cosas, hablas sobre la maternidad. ¿Cómo surgió esta experiencia?
Pues fue algo que me pilló un poco desprevenida. Empecé a escribir sobre la sensación que me suponía ser madre y le pasé el escrito a mi representante y a algunas amigas y, entre todas, me animaron a sacarlo adelante.
De ahí, ha salido algo muy bonito. A veces hablo de Jimena, otras habló de mí, de mis inquietudes… Es algo que me está aportando cosas muy bonitas. Hablo mucho de la maternidad, pero es que es algo que te despierta tantas cosas. Además me ha permitido irme sintiendo activa de algún modo. Siempre me ha gustado mucho la escritura, pero siempre había sido muy tímida para mostrarlo.
¿Puede ser este el inicio de una Xenia Tostado escritora?
Bueno, eso es algo que tengo en mente desde hace mucho tiempo. De hecho, hay un par de cositas escritas y no descarto la posibilidad de hacerlas y dirigirlas, algún día. Pero hacer algo y mostrarlo es una sensación de desnudar lo que llevas dentro, que desarrolla toda tu timidez y cuesta…
Pero hay que desprenderse de los miedos y mostrarse al mundo y decir «Soy esta y aquí estoy». La gente piensa que los actores somos gente maravillosa que vivimos felices en un mundo ideal, y somos personas normales, que peleamos día a día y estamos en la lucha como todos.
Hablemos de deporte… Tú vienes de una familia de deportistas ¿no?
Sí, mi padre estuvo compitiendo muchos años como corredor. Corría todas la maratones habidas y por haber. Yo me crié viajando de carrera en carrera, viendo a mi padre correr y llegar a la meta y creo que eso me transmitió muchos valores de los que tengo ahora y mucho amor por el deporte. Me encanta probar todo tipo de deporte y creo que todo viene de mi educación familiar.
O sea, que para ti el deporte es prácticamente una filosofía de vida…
Pues sí, porque a medida que voy cumpliendo años, más que por el sentido del disfrute, o de estar más o menos guapa, tengo muy claro que quiero llegar a mayor con una calidad de vida decente. Quiero estar elástica, moverme bien, subir escaleras sin problemas, caerme y poderme levantar… El deporte es salud y calidad de vida.
¿Le dedicas mucho tiempo?
La verdad es que ahora mismo, con la maternidad, no le he podido dedicar mucho tiempo y además, en este último año, tras dar a luz, he estado lesionada, pero siempre que puedo intento hacer algo, ya sea estirar, bailar, o lo que sea… lo importante es estar activa. Si tengo un parque delante, salgo a correr; que tengo la playa, salgo a nadar; que hay olas, surf…
Y siendo madre haces mucho más ejercicio de lo que piensas…
Sí, jaja. Parece que no haces nada y tienes los brazos mejor que cuando hacías pesas. No paras, coges a la niña, corres, saltas… Pero esa desconexión mental que tienes al estar con ella, no te hace notar el esfuerzo.
Entrenando con Xenia Tostado
Y tras el «mind», llegó el tiempo para el «run». En este caso, tras un breve calentamiento, Paula nos puso a hacer algo tan importante para un corredor ─y tan olvidado por muchos de ellos─, como son los ejercicios de estabilidad y fortalecimiento de piernas, sobre todo si, como en el caso de Xenia, las rodillas le dan problemillas de vez en cuando.
Así que hubo de todo, sentadillas, cruces de piernas, equilibrios… Paula también nos concienció de la importancia de otro de los grandes desconocidos para muchos corredores populares, como son los ejercicios de técnica de carrera, así que no faltaron los skipping, las impulsiones, los saltos alternativos…
Y lo mejor de todo… la serie de estiramientos del final, que nos permitió volver a armonizar cuerpo y mente y terminar relajados, sonrientes y felices como perdices.
Como siempre, podéis ver más detalles del entrenamiento y la otra versión de la historia, contada por mi compi Pau Inspirafit en su web
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- Fotos realizadas por Fran Calderón (@Lasfotosdefran).
- Logo: diseñado por Alejandra Rodríguez Bueno[/box]